Vitamina B12, vitamina C, vitamina D, zinc – ¿Qué es eso?

Vitamina B12

La ingestión de una cantidad suficiente de vitamina B12 a través de la alimentación es importante para fomentar la formación de la sangre y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Un síntoma frecuente de la deficiencia de esta vitamina es un sistema inmunitario debilitado con una elevada propensión a las infecciones.

Vitamina C

La vitamina C es una vitamina soluble en agua que también se conoce como ácido ascórbico. No puede sintetizarse en el organismo, por lo que debe obtenerse a través de la alimentación. Un suministro suficiente tiene una importancia fundamental para el cuerpo, ya que la vitamina C pertenece al grupo de los antioxidantes, sustancias que refuerzan la barrera inmunológica. Los indicios de un déficit de vitamina C son una menor capacidad de rendimiento físico, un mayor cansancio e irritabilidad y una menor resistencia a las infecciones.

Vitamina D

La denominación «vitamina D» es un término genérico que engloba un grupo de compuestos o vitaminas liposolubles. Una de ellas –la vitamina D3– es sintetizada en el organismo por la acción de la radiación solar, mientras que otra –la vitamina D2– se obtiene a través de la alimentación. La función más conocida de la vitamina D es su participación en el metabolismo de los huesos. La falta de suficiente vitamina D puede provocar dolores en músculos y huesos, así como debilidad muscular.

Zinc

El zinc es un oligoelemento indispensable que el propio cuerpo no puede producir, por lo que debe recibirlo periódicamente del exterior. Desempeña un papel fundamental en numerosos procesos metabólicos del cuerpo, y es necesario para que las células de nuestro sistema inmunitario puedan formarse y activarse. Un déficit de zinc puede debilitar la barrera inmunitaria y aumentar la propensión a las infecciones.